lunes, 5 de diciembre de 2011

Jardín Botánico Helia Bravo Hollis

Para Maurino Reyes, guía comunitario,
orgullosamente popoloca.


El jardín Botánico Helia Bravo se localiza a unos metros del centro de la población de Zapotitlán Salinas y a 28 kilómetros de la ciudad de Tehuacán, estado de Puebla, y ambos están dentro de la Reserva de la Biosfera Tehuacán – Cuicatlán.
La Reserva fue creada con el fin de proteger las especies vegetales que allí se localizan y que habían sido ampliamente explotadas en beneficio de particulares, especialmente extranjeros, desde mediados del siglo pasado.
En un folleto que editaron los ejidatarios de lugar se especifica que: “Este proyecto y los servicios que ofrecemos no son privados sino de una comunidad entera de más de 5 000 habitantes. Nos hemos unido para proteger nuestras riquezas de los saqueadores y volver a crear una fuente de trabajo para los habitantes del pueblo, y así evitar la emigración hacia otros países”.
También se especifica que el jardín botánico abarca una superficie de 100 hectáreas de área natural de cactáceas, varios senderos interpretativos y torres de avistamiento. “Los guías de nuestra comunidad les harán descubrir alguna de las 3000 especies de plantas y 83 de cactus, de las cuales 50 existen únicamente en el valle de Tehuacán – Cuicatlán”.
A nuestra llegada al Jardín Botánico preguntamos por Maurino, ya que nos los habían recomendado en el Museo comunitario y en verdad que no se equivocaron, la visita guiada por él, fue una experiencia inolvidable.
Se inició con los datos generales del Jardín, el por qué lleva ese nombre, el objetivo del mismo y la aclaración de que el conocimiento que se nos explicaría provenía de la experiencia de él como miembro de la etnia popoloca, del conocimiento ancestral de sus abuelos y de lo que ha tenido que aprender (nombres científicos) para poder explicar al innumerable número de profesores e investigadores de la UNAM que visitan el lugar.
clip_image002
Las primeras cactáceas que nos mostró son las que se ven en el piso y nos comentó que cuando era necesario realizar largas y agotadoras caminatas bastaba con se comiera para resistir sin otro tipo de alimento o agua.

La especie que se localiza a la derecha es Sangregado conocido también como sangre de drago o sangre grado, después de explicarnos su uso nos pidió nos acercáramos para recibir en la yema de uno de nuestros dedos, una especie de resina que suelta el arbusto cuando se le corta en un pequeño tallo y aplicar sobre nuestros dientes dado que sirve para afianzar la dentadura y blanquearla.
clip_image004
La especies más abundante son los llamados tetechos que se ven en las fotografía, se reproducen al igual que otras especies gracias al trabajo polinizador de los murciélagos.
clip_image006
Este es uno de los senderos interpretativos en donde se nos explicaron las cualidades curativas de plantas como: el copalillo, orégano, la llamada en otras regiones damiána, candelilla de la que se extrae una resina utilizada para la elaboración de cera y de chiclets, cinco negritos, magueyes diversos, chaparro amargo y muchas otras, lo interesante es que a cada explicación el guía nos pedía oler, probar, untar de tal manera que todos nuestros sentidos asociaban las plantas con una determinada sensación lo que permite un conocimiento altamente significativo.
Por supuesto también se nos mostraron las plantas peligrosas, en especial la llamada mala mujer que a pesar de los problemas que puede causar, si se coloca una hoja sobre el lugar del cuerpo en que picó un alacrán y se da golpecitos sobre ella, logra expulsar, por irritación, el veneno.
Pero este lugar no sólo es un espacio de grandes riquezas naturales, al fondo de la fotografía anterior se encuentra el cerro en que originalmente se encontraba el señorío de Cuthá que después de la conquista fue trasladado al actual Zapotitlán.
También, en la parte plana se llevaron encarnizados combates, en contra de los aztecas aztecas y más tarde el espacio de evangelización por parte de las ordenes mendicantes, en este caso, franciscanos que dependían de la parroquia de Tehuacán.
clip_image008
Esta es una especie llamada comúnmente “pata de elefante” enorme y con una vida muy larga, cuando el guía, otra persona que me acompañaba y yo tratamos de abrazarnos a ella no logramos abarcar ni la mitad de su tallo.
Maurino nos comentó que hace algunos años, el príncipe heredero de la casa Real del Japón vino de manera específica para regar parte de las cenizas de un científico, maestro suyo, en este lugar por reconocerlo como un espacio fundamental para la preservación de la vida de diversas especies y de esta en particular. Se nos aclaró que dentro de las 100 hectáreas que conforman el Jardín, existen otras aún más grandes, así como asiento de suegras de enorme extensión (en Querétaro se les conoce como guamichas)
clip_image010
Desde una torre de avistamiento pude contemplar desde lo alto lo que los biólogos denominan bosque de cactus o de especies columnares del lugar se extraen algunas flores y frutos que son utilizados ancestralmente para la alimentación y curación de las comunidades cercanas, alimentos como las cacallas, las tetechas, los isotes, el palmito, los gusanos de cuchama y para prepara licor, los garambullos.
Otro aspecto importante del Jardín es que tienen un espacio para la reproducción de especies y venden a todos aquellos que quieran tener una en casa, en lugar de tomarla de su medio ambiente y con ellos propiciar su extinción. Cabe aclarar que un buen número de especies son endémicas, quiero esto decir, sólo existen en ese lugar por lo cual es fundamental su preservación.
También cuentan con cabañas para quienes deseen permanecer más de un día. A la brevedad posible regresaré, pues me hizo falta conocer otros lugares importantes dentro del mismo Jardín Botánico, como la capilla enterrada, la zona de prismas basálticos y compartir de cerca con el grupo de mujeres que trabaja elaborando medicamentos naturales que también tienen a la venta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario